La adicción al trabajo, o workaholism, ha sido históricamente asociada con la dedicación excesiva al trabajo en detrimento de la salud y la vida personal. En contextos contemporáneos, especialmente en entornos digitales y de alta visibilidad profesional, ha emergido una variante particular: la adicción al trabajo performativa. Esta se caracteriza no sólo por trabajar en exceso, sino por la necesidad de mostrar que se está trabajando como parte de una identidad social o profesional.
🔍 ¿Qué es la adicción al trabajo performativa?
La adicción al trabajo performativa va más allá del compromiso laboral; implica una puesta en escena constante del esfuerzo y la productividad. Incluye comportamientos como:
- Publicar constantemente en redes sociales logros o jornadas largas.
- Contestar mensajes fuera del horario laboral para demostrar disponibilidad.
- Mostrar fatiga como símbolo de compromiso.
- Exagerar niveles de ocupación para ganar reconocimiento o evitar críticas.
Este fenómeno está alimentado por culturas laborales que valoran la hiperproductividad y la visibilidad del esfuerzo más que los resultados sostenibles.
⚠️ Consecuencias
Aunque puede ser socialmente recompensada, esta forma de adicción tiene efectos negativos como:
- Desgaste emocional y físico.
- Aislamiento social.
- Pérdida de sentido del trabajo como vocación.
- Desregulación de los límites entre vida personal y laboral.
También contribuye a reforzar entornos tóxicos donde se considera “vago” al que trabaja de forma eficiente sin sobreexigirse ni mostrarlo.
🎯 Enfoque desde la salud mental y organizacional
Desde la psicología del trabajo, se reconoce que esta forma de adicción no se trata sólo con descansos, sino con una redefinición del valor del trabajo, fomentando culturas laborales:
- Basadas en objetivos y no en horas visibles.
- Que respeten el derecho a la desconexión.
- Que valoren el bienestar como parte del desempeño.
El acompañamiento terapéutico, el autocuidado consciente y la gestión emocional del reconocimiento son claves para revertir esta dinámica.
Desde la Psiquiatría no se considera oficialmente un trastorno como tal, no se encuentra clasificado en el DSM-5 o el CIE-11, y el enfoque terapéutico es sintomático (trastornos del sueño, angustia, otros), o enfocado en posibles trastornos derivados (ansiedad, depresión, otros).
🧭 Conclusión
La adicción al trabajo performativa es un síntoma de una época que valora más la apariencia del esfuerzo que la calidad del resultado. Reconocerla y desnaturalizarla es el primer paso hacia una relación más sana, ética y humana con el trabajo.
📚 Fuentes de consulta
- Giorgi, G., Leon-Perez, J. M., & Mucci, N. (2015). Workaholism and its consequences: Implications for health, work performance and organizational wellbeing. International Journal of Environmental Research and Public Health, 12(12), 15402–15416. https://doi.org/10.3390/ijerph121215402
- Schaufeli, W. B., Taris, T. W., & Bakker, A. B. (2006). Dr Jekyll or Mr Hyde? On the differences between work engagement and workaholism. Research Companion to Working Time and Work Addiction.
- Crary, J. (2013). 24/7: Late Capitalism and the Ends of Sleep. Verso Books. (Sobre cómo la hiperconectividad perpetúa una cultura de visibilidad productiva.)
- Gregg, M. (2011). Work’s Intimacy. Polity Press. (Analiza la dimensión performativa del trabajo y la autoexplotación en contextos digitales.)
- OCDE (2021). The Risks of Working Long Hours. OECD Policy Brief. https://www.oecd.org
- Nakamura, L. (2015). The performative labor of social media. (Artículo sobre cómo las redes sociales refuerzan la necesidad de mostrar productividad y esfuerzo.)
- Psychology Today – artículos sobre workaholism. https://www.psychologytoday.com/us/basics/workaholism
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